jueves, 9 de octubre de 2014

El ratón Samuel



En un una casa vieja de un pueblo muy lejano donde a duras penas un cuarto de libra  de queso se  veía sobre la mesa sin mantel del comedor;  vivía  Samuel  quien era un  ratón de baja estatura y gordinflón quien siempre andaba distraído por andar mirando al cielo cada noche,  recordando  lo que una noche después  escapar de un gato le dijeron unos vagos amigos; que no había razón para trabajar, que la luna era de queso, Por andar distraído y fuera de casa en las noches sus padres lo reprendieron, pero el ni caso les hizo y un suspiro arrojo hasta el cielo, pasados ya muchos meses  sin notar cambio alguno sus padres le dijeron que era hora de trabajar para que  dejara de ser callejero. Samuel se lleno de enojo y no quiso volver  a hablar con ninguno ,  Un día  luego de mirar al cielo   Samuel salió corriendo con su cola al hombro, unas gafas y un sombrero  hasta llegar a la casa de su vecino quien trabaja como astronauta en la nasa, se escondió entre la maleta  y espero pacientemente dos noches aguantando mucha hambre su tan anhelado viaje, llego el día esperado viajo en un puesto de primera en un cohete  al espacio que haría escala en la luna , No pudo aguantar mas el  hambre y se comió media maleta  y eso sin contar que del susto se comió también dos camisetas, unos zapatos del astronauta, cuando llego a la luna se dio cuenta que allí no había queso luego de morder una roca llena de huecos  que le hizo perder sus dientes todas las noches mira a la tierra extraña a sus padres y también a sus amigos por su ambición de comida se quedo sin el pan sin el queso. Juraba el torpe ratón de nadie necesitar  y a llanto corrido gritaba en la luna  yo quiero a mi mamá.

Un mundo para los más pequeños

Un mundo para los más pequeños

Cuando los niños aprenden a hablar, un  solo idioma repiten,
 Sonríen y Hablan del amor  y sus palabras nos derriten.
 A sus pies nos lanzamos para convertimos en  piratas o payasos  y una historia  fantástica inventamos, donde todos  protegemos el mundo en donde damos cada día nuestros pasos.
Los niños y niñas quieren cantar, jugar, reír y  bailar. Pero necesitan un mundo redondo, azul y  lleno de manchas verdes donde fluya la vida, donde la guerra no exista jamás, donde pueda respirarse la paz.
…la inocencia de un niño me hace  siempre pensar que la vida es bella y llena de bondad.
Por ello pido como mandato final que se declare  el planeta en huelga total, hasta que se garantice máxima felicidad para cada niño y niña.
Para que nunca jamás falten sus derechos al pan, a soñar, a vivir y jugar.

Alexander Montoya Suarez

Bogotá – Colombia