En un una casa vieja de un pueblo muy lejano donde a duras penas un cuarto de libra de queso se veía sobre la mesa sin mantel del comedor; vivía Samuel quien era un ratón de baja estatura y gordinflón quien siempre andaba distraído por andar mirando al cielo cada noche, recordando lo que una noche después escapar de un gato le dijeron unos vagos amigos; que no había razón para trabajar, que la luna era de queso, Por andar distraído y fuera de casa en las noches sus padres lo reprendieron, pero el ni caso les hizo y un suspiro arrojo hasta el cielo, pasados ya muchos meses sin notar cambio alguno sus padres le dijeron que era hora de trabajar para que dejara de ser callejero. Samuel se lleno de enojo y no quiso volver a hablar con ninguno , Un día luego de mirar al cielo Samuel salió corriendo con su cola al hombro, unas gafas y un sombrero hasta llegar a la casa de su vecino quien trabaja como astronauta en la nasa, se escondió entre la maleta y espero pacientemente dos noches aguantando mucha hambre su tan anhelado viaje, llego el día esperado viajo en un puesto de primera en un cohete al espacio que haría escala en la luna , No pudo aguantar mas el hambre y se comió media maleta y eso sin contar que del susto se comió también dos camisetas, unos zapatos del astronauta, cuando llego a la luna se dio cuenta que allí no había queso luego de morder una roca llena de huecos que le hizo perder sus dientes todas las noches mira a la tierra extraña a sus padres y también a sus amigos por su ambición de comida se quedo sin el pan sin el queso. Juraba el torpe ratón de nadie necesitar y a llanto corrido gritaba en la luna yo quiero a mi mamá.
jueves, 9 de octubre de 2014
El ratón Samuel
En un una casa vieja de un pueblo muy lejano donde a duras penas un cuarto de libra de queso se veía sobre la mesa sin mantel del comedor; vivía Samuel quien era un ratón de baja estatura y gordinflón quien siempre andaba distraído por andar mirando al cielo cada noche, recordando lo que una noche después escapar de un gato le dijeron unos vagos amigos; que no había razón para trabajar, que la luna era de queso, Por andar distraído y fuera de casa en las noches sus padres lo reprendieron, pero el ni caso les hizo y un suspiro arrojo hasta el cielo, pasados ya muchos meses sin notar cambio alguno sus padres le dijeron que era hora de trabajar para que dejara de ser callejero. Samuel se lleno de enojo y no quiso volver a hablar con ninguno , Un día luego de mirar al cielo Samuel salió corriendo con su cola al hombro, unas gafas y un sombrero hasta llegar a la casa de su vecino quien trabaja como astronauta en la nasa, se escondió entre la maleta y espero pacientemente dos noches aguantando mucha hambre su tan anhelado viaje, llego el día esperado viajo en un puesto de primera en un cohete al espacio que haría escala en la luna , No pudo aguantar mas el hambre y se comió media maleta y eso sin contar que del susto se comió también dos camisetas, unos zapatos del astronauta, cuando llego a la luna se dio cuenta que allí no había queso luego de morder una roca llena de huecos que le hizo perder sus dientes todas las noches mira a la tierra extraña a sus padres y también a sus amigos por su ambición de comida se quedo sin el pan sin el queso. Juraba el torpe ratón de nadie necesitar y a llanto corrido gritaba en la luna yo quiero a mi mamá.
Un mundo para los más pequeños
Un mundo para los más pequeños
Cuando los niños aprenden a hablar,
un solo idioma repiten,
Sonríen y Hablan del amor y sus palabras nos derriten.
A sus pies nos lanzamos para convertimos en piratas o payasos y una historia fantástica inventamos, donde todos protegemos el mundo en donde damos cada día
nuestros pasos.
Los niños y niñas quieren cantar,
jugar, reír y bailar. Pero necesitan un
mundo redondo, azul y lleno de manchas
verdes donde fluya la vida, donde la guerra no exista jamás, donde pueda
respirarse la paz.
…la inocencia de un niño me hace siempre pensar que la vida es bella y llena de
bondad.
Por ello pido como mandato final
que se declare el planeta en huelga
total, hasta que se garantice máxima felicidad para cada niño y niña.
Para que nunca jamás falten sus
derechos al pan, a soñar, a vivir y jugar.
Alexander Montoya Suarez
Bogotá – Colombia
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